domingo, 9 de septiembre de 2007

Empate agónico con la selección colombiana


Sábado 8 de septiembre, 8:00 de la noche, Estadio Monumental. Segundo partido de la era Del Solar, primero que se juega de local en Lima. El rival, un viejo conocido: Colombia.


La congestión vehicular en las calles que conducen al estadio es impresionante. Un estadio tan grande sólo tiene una vía de acceso, la cual resulta insuficiente para la gran cantidad de aficionados y los infaltables vendedores ambulantes que acuden al Monumental para pasar un buen rato, o por lo menos eso es lo que todos esperan.


Las colas para ingresar son tan grandes como la emoción y el entusiasmo de la gente. La mayoría viste camisetas y usan vinchas, gorros, chalinas, globos y todo lo que la imaginación pueda crear. Pero todos coinciden en una cosa: están ahí para alentar a su selección, ésa que tantas veces nos desespera y nos hace gritar, en la que siempre dejamos de creer, la que nunca logra algo importante, pero que siempre nos mantiene ahí, alentándola a pesar de la desesperanza y todo lo que en los hinchas provoca después de cada derrota.


A pesar de todo el estadio está casi lleno, mejor dicho repleto de aficionados que son capaces de todo con tal de ver jugar a su selección por 90 minutos. Se entonan los himnos (es un decir porque en realidad el himno colombiano casi no se escuchó), los hinchas los cantan con el corazón, con un sentimiento increíble, que sólo es posible cuando se congregan miles de aficionados pera ver jugar a su selección.


Después se da inicio al encuentro. Cada una de las acciones peruanas es aplaudida por los aficionados, quienes no dejan de gritar !Perú, Perú!. No podían faltar los aplausos, que se escuchan en todo el recinto deportivo. La gente está visiblemente emocionada.


Pero no todo es alegría en el estadio. Tras una desinteligencia del portero nacional, Colombia consigue el 1-0. Los jugadores 'cafeteros' celebran cerca de la tribuna norte, que está abarrotada de hinchas peruanos, que obviamente molestos empiezan a pifiar.


A pesar de estar con el marcador en contra se escuchan los aplausos de los aficionados. Es cierto que en la cancha no todos sudan la camiseta, la mayoría de jugadores parece no sentirla.


El medio tiempo sorprende a todos y ambas escuadras se van a los vestuarios. Colombia gana 1-0, pero el encuentro aún no termina. Mientras la banca de Colombia calienta en el campo se puede ver, en el centro de la cancha del Monumental, al 'loco patadita' quien se va ganando el respeto y reconocimiento del público con sus piruetas. Domina e balón de manera magistral, al punto de que la hinchada pide a gritos que sea convocado por Chemo (aunque saben que no es posible).


Los jugadores colombianos que se encuentran en la cancha lo miran atónitos, sorprendidos por su destreza. Este personaje pintoresco se acerca al círculo que forman los 'cafeteros' y juega al centro. Se divierte con el balón en los pies, es un maestro.


Salen al campo los jugadores peruanos, indiferentes, como si no estuviera ahí. Entonces él va a saludarlos, uno por uno, les da la mano. Inclusive se toma fotos con algunos de ellos. Es gracioso, él tiene que ir a saludarlos. Él que es un verdadero maestro dominando el balón saluda a ellos que cuando tienen la oportunidad no hacen más que dejar mal a la selección.


En fin, se reinicia el compromiso y el público sigue apoyando a la selección. Después de intentarlo algunas veces Paolo Guerrero logra el empate para Perú, como siempre. El delantero del Hamburgo luchó un balón que muchos otros hubiesen considerado perdido, y no paró hasta verlo dentro del área colombiana.


Pero aún faltaba más. Colombia empataría en otra pésima salida de Butrón (responsable directo en las dos conquistas 'cafeteras'). Los aficionados empezaban a creer que, una vez más, tendrían que regresar a casa con una derrota.


Paolo Guerrero no pensaba igual. Sobre el final del partido Perú empezó a generar jugadas de peligro y se acercaba peligrosamente al arco colombiano. Finalmente, a menos de un minuto del pitazo final la 'blanquirroja' encontró el gol por medio de Guerrero, que luchó todo el partido y consiguió la igualdad.


Los dos errores de Butrón fueron remediados por Paolo Guerrero, el único jugador peruano que siente la camiseta, la suda, deja todo en el campo, el alma, el corazón y la vida si es necesario.


El próximo encuentro es el miércoles. El rival: Bolivia. El lugar y la hora son los mismos: Estadio Monumental, 8:00 de la noche. Se espera que el público asista masivamente a alentar a la selección. Todos deseamos que no nos decepcione.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Perú se despidió del mundial Sub 17

Las selecciones de Ghana y Perú disputaron hoy un difícil encuentro para definir al equipo semifinalista del Mundial Sub 17 que se medirá con España en busca de un boleto a la final.
Las estrellas negras se impusieron a la escuadra peruana desde el inicio del compromiso. Perú se mostraba físicamente desgastado después de ganar a Tayikistán en definición por penales. A pesar de ello los “jotitas” tuvieron que soportar los fuertes embates de los africanos a lo largo de todo el encuentro y casi siempre pudieron alejar el peligro de la baya de Eder Hermoza, quien se mostró muy seguro desde el inicio del campeonato.
Perú no lograba pasar de los ¾ de cancha, la defensa ghanesa había absorbido a los atacantes peruanos. Cuando se pensaba que el primer tiempo terminaría empatado llegaría el primer tanto del a selección africana. Perú se fue al receso con el marcador en contra, pero regresó del mismo con muchas más ganas de revertir la situación. Sería una tarea sumamente complicada.
En el inicio del complemento la intensa lluvia no fue problema para ninguno de los dos equipos. De las tribunas bajaba el aliento de los aficionados peruanos que animaban a la selección con el ya conocido “si se puede”. Lamentablemente la situación se complicaría aún más para los dirigidos por “Jota Jota” Oré, pues Ghana marcaría otro gol.
El partido estaba prácticamente liquidado. En el rostro de Juan José Oré se reflejaba la impotencia. Pero sus pupilos dejaban la vida en la cancha. Buscaban incansablemente marcar en el arco africano.
Poco a poco Perú fue llegando con peligrosidad al área rival, pero por más que intentaron no consiguieron descontar. A pesar de algunas situaciones de peligro en los pies de Manco, Ávila y Trujillo, la afición peruana no podía cantar un tanto de su selección.
La escuadra peruana se volcaba al ataque mientras Hermoza inspiraba seguridad en el arco. Lamentablemente no se podía hacer más. El partido terminó con el marcador favorable al equipo Ghanés, que logró la ansiada clasificación a semifinales.
A pesar de la derrota en cuartos de final, Perú ha ganado un gran equipo. Un grupo de adolescentes que partieron de su patria casi en el anonimato y que seguramente regresarán ovacionados por todo un país que los recibirá con los brazos abiertos. Muchachos que nos han dado una importante lección de lo que significa ser profesionales del deporte.
A lo largo de este mundial han demostrado que son un gran equipo, que concentra lo mejor del Perú: fuerza, sencillez, humildad, trabajo, confianza e ilusión. No sólo fueron once jugadores en la cancha, es importante destacar todo el arduo trabajo de los que se encuentran detrás de ellos, el comando técnico que hizo una estupenda labor.
El Perú entero acompañó a esta joven selección que poco a poco se fue ganando la confianza de los más escépticos y definitivamente no los defraudó. ¿Quién imaginaba que estos muchachos, prácticamente desconocidos, se ubicarían entre los ocho mejores del mundo? ¿Quién pensó en la posibilidad de superar la fase de grupos como líderes?
Este equipo, en el que nadie confiaba, dejó el alma en cada partido. Es cierto que en el fútbol lo que importa es el resultado. Pues éste el es resultado de tan duro trabajo. Perú se encuentra entre los ocho mejores del mundo en la categoría y nadie puede negar la buena campaña de esta selección.